Hace 3 meses atrás, cuando recibí la noticia de mi madre anunciando que iríamos a la madre tierra África, mi corazón empezó a latir a mil por horas. Desde que inicie este camino de aprendizaje sobre mis raíces, ese había sido un viaje soñado y profundamente esperado.
El poder caminar el sitio donde nuestros ancestros bailaban y cantaban al ritmo del tambor, donde fueron tan felices con sus familias en las villas, donde fue la última vez que conocieron y disfrutaron la verdadera libertad.
Quiero compartirles todo lo que pueda, y sentir desde mis entrañas como mis ancestros, nuestros ancestros celebran con alegría el regreso de una descendiente a su madre tierra.